lunes, 31 de marzo de 2014

'La Princesa Mononoke' en Blu-ray y cuatro novedades más, el 14 de mayo

Estreno en alta definición y reediciones de 'Nausicaä', 'Terramar' y 'Porco Rosso'

El 14 de mayo EOne Films vuelve a hacerse presente en España con Studio Ghibli, cuyos lanzamientos tenía bastante olvidados. La principal novedad es el estreno en Blu-ray de La Princesa Mononoke, el clásico de Hayao Miyazaki de 1997 que ahora se verá mejor que nunca en alta definición y que nos llega bastante pronto para lo que estamos acostumbrados, ya que salió en diciembre de 2013 en Japón y ya tendremos edición española tan solo 5 meses después.
La edición de La Princesa Mononoke en Blu-ray no viene sola: le acompañan hasta cuatro lanzamientos que, o bien son reediciones renovadas, o vuelven a llegar a las tiendas después de que hubieran desaparecido hace ya bastantes meses. Así pues, por un lado tendremos nuevas ediciones en formato Deluxe (Blu-ray + DVD + libreto inédito de 32 páginas, en un package más vistoso) de Nausicaä del Valle del Viento y Porco Rosso:



El mismo 14 de mayo volverán a las tiendas las ediciones DVD de Cuentos de Terramar y Nausicaä del Valle del Viento, ambas desaparecidas desde hace ya un tiempo.


Parece que el inminente estreno en cines, el 25 de abril, de la última película de Hayao Miyazaki Se levanta el viento empieza a agitar de nuevo un mercado de Studio Ghibli en España, que se había quedado un poco parado. Otra muestra de ello es que Dolmen Editorial sacará en abril la 4ª edición del magnífico libro El mundo invisible de Hayao Miyazaki de Laura Montero Plata.


También en Estados Unidos se empiezan a mover con numerosas novedades después de la nominación al Oscar y el estreno de la película del co-fundador de Ghibli (que lleva un interesante recorrido en la taquilla, alzándose meritoriamente ya como la 9ª película de animación japonesa más vista de la historia en ese país, con un estreno bastante limitado). 
Los que no sabemos japonés, tendremos la oportunidad de leer en inglés cosas tan interesantes como la segunda parte de la autobiografía de Hayao Miyazaki, Turning Point (a la venta el 8 de mayo); el libro de arte de Se levanta el viento (8 de mayo), el de La Princesa Mononoke (lo reeditan el 12 de agosto) o el curioso libro de ilustraciones del propio Miyazaki Princess Mononoke: The first story, de 1980, que a pesar de su título no tiene mucho que ver con su famosa película (saldrá el 7 de octubre de 2014).

Fragmento de 'Yuki no Taiyo' mostrado en la TV japonesa

Mientras, en Japón, se disponen a lanzar (el próximo 18 de junio) un gran pack con todas las películas de Hayao Miyazaki, tanto en DVD como en Blu-ray, incluyendo la inédita en alta definición El viaje de Chihiro o la novedad para el mercado doméstico de Kaze Tachinu, así como interesantes extras que incluyen los 90 minutos de rueda de prensa de despedida del director; el videoclip On your mark o el episodio piloto de Yuki no Taiyo, un proyecto de serie de televisión de 1972 que hubiera supuesto el debut de Miyazaki en la dirección, pero que no llegó a realizarse. ¿El precio? 64,800 yenes (unos 450 euros). Tal cual.



No queda otra que empezar a ahorrar, y alegrarnos porque siempre es bueno que se revitalice y renueve la afición por Studio Ghibli, lo que hará, a buen seguro, que nuevas personas descubran todo el arte que se esconde detrás de este estudio de animación tan especial.


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Supe de ello gracias a Animeción, Mubis y Koi-nya






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martes, 18 de marzo de 2014

'Se levanta el viento' de Hayao Miyazaki llega a los cines españoles el 25 de abril

El esperado estreno ya está confirmado

Sin dar más datos, la distribuidora Vértigo Films por fin le ha asignado fecha de estreno a la última película de Hayao Miyazaki, Se levanta el viento (Kaze Tachinu): Será el 25 de abril.


La confirmación aparece en su página web y ellos mismos lo han refrendado en su Twitter. Lo único nuevo que se había podido ver hasta ahora era un mini-cartel con el título español:


Estos días Vértigo Films ha añadido una ficha en su web, así como una versión a tamaño medio del cartel español que podéis ver al final de esta entrada :-)

La controvertida película del fundador de Studio Ghibli, que levantó no solo el viento sino también ampollas en la política de su país e incluso en el extranjero, al retratar situaciones que ocurrieron en la II Guerra Mundial que no gustaron ni a unos ni a otros, versa sobre la vida, entre la realidad y la ficción, de Jiro Horikoshi, ingeniero aeronáutico que creó el caza Zero Fighter, el más utilizado en los bombardeos del fatídico enfrentamiento bélico.


Pese a ser el creador de un artilugio que sirvió para matar a mucha gente, su idea no era ni mucho menos esa, pues sus sueños iban más por el lado de surcar los vientos, y su pasión por la aviación. Él no pretendía que tuviera un uso militar, y es uno de los ejes fundamentales del argumento del filme.


La vida de Horikoshi se mezcla con la del escritor Tatsuo Hori, que relató en su libro homónimo Kaze Tachinu parte de la historia que Miyazaki también lanza en la película. Esto se refleja, sobre todo, en el otro gran tema de Se levanta el viento: El amor.


Así que al menos ya tenemos fecha, y una cita ineludible con el cine: 5 años después de Ponyo, Hayao Miyazaki vuelve a los cines españoles :-)



Tráiler


Cartel español a tamaño medio



· Actualizado 25 de marzo 2014 ·


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sábado, 15 de marzo de 2014

'Nausicaä del Valle del Viento': 30 años de "estilo Ghibli"

Esta semana fue el trigésimo aniversario del estreno de la obra que dio origen a Studio Ghibli

En 1984 el mundo era muy diferente al que podemos contemplar hoy en día. Es una obviedad que en 30 años las cosas hayan cambiado tanto, pero merece la pena recordarlo. La empresa Apple presentaba el primer ordenador personal comercializado con éxito (el Macintosh 128K), el mundo celebraba los Juegos Olímpicos de invierno en Sarajevo (cuando aún existía la URSS), y el Heavy Metal era el género musical favorito del momento.


Se publicaba por primera vez en la revista Shonen Jump un manga titulado Dragon Ball de un tal Akira Toriyama, y nació el famoso Cirque du Soleil. Películas excelentes como Amadeus de Milos Forman, Broadway Danny Rose de Woody Allen, o Brazil de Terry Gilliam, se erigían como las películas favoritas del cine de autor occidental ese año, mientras que entre el cine de índole más comercial, filmes como Los Cazafantasmas, Pesadilla En Elm Street, Terminator, Indiana Jones Y El Templo Maldito o Karate Kid hacían furor en taquilla.


Eran tiempos en los que en el habla coloquial de la gente no existían términos como "whatsapp", "facebook", "google" o ni tan siquiera "teléfono móvil". Pero si por algo destaca 1984 en el ámbito cultural (y específicamente cinematográfico) fue porque el día 11 de marzo de ese mismo año se estrenaba en Japón una película de animación que al principio pasó sin pena ni gloria por la cartelera, y acabó convirtiéndose en un clásico de la ciencia ficción y en una de las 50 películas más influyentes de la historia (así al menos lo testifica muy acertadamente la revista de referencia Cinemanía).


Un casi desconocido Hayao Miyazaki presentaba al público Nausicaä Del Valle Del Viento junto a su socio Isao Takahata (director de algunas de las series más queridas de la infancia de los que rondan los cincuenta, como Heidi, Marco o Ana De Las Tejas Verdes). Realizada en el estudio Topcraft, Nausicaä presentaba una propuesta totalmente diferente y demostró al mundo entero que se puede hacer un cine de animación maduro, interesante y respetuoso con los espectadores de todas las edades, salir del rígido canon establecido por el imperio de Walt Disney, y empezar un camino difícil pero a la vez maravilloso: crear el mejor estudio de animación de todos los tiempos. Gracias a Nausicaä, en 1985 nacería Studio Ghibli.


Este trigésimo aniversario pertenece por derecho propio a Nausicaä, la protagonista de la película homónima que encandiló a medio mundo con su audacia, su temperamento y su amor por la naturaleza y por los seres que le rodean. Muchos años antes de que existiesen Mulán, Brave o Frozen, nació la primera chica Ghibli, la primera de muchas protagonistas femeninas que dieron un puñetazo en la mesa y mostraron que los prejuicios sexistas que plagaban el cine por aquel entonces debían desaparecer para dar lugar a sangre nueva, a un modo diferente y más justo de ver las cosas.


Pero este 30 aniversario supone algo aún más importante: el nacimiento del Studio Ghibli. Cuánto ha llovido desde entonces... A la igualdad de género característica de las obras de Miyazaki hay que sumarle muchos otros valores igual de importantes, como el ecologismo entendido como la necesidad de proteger la Tierra, la relación del ser humano con la naturaleza y el entorno que le rodea, la madurez personal e individual de las personas cuando crecen, la pérdida de la identidad y su afán por recuperarla, la importancia de la perseverancia y el trabajo bien hecho, el respeto a las personas mayores y el apoyo a las más débiles, la crítica al egoísmo y al consumismo imperante hoy en día, los pequeños detalles de la infancia a los que no se suele prestar atención en la edad adulta, la ausencia del maniqueísmo típico de las historias planas de "buenos contra malos" (un tópico ausente en casi todas sus películas, en las cuales por el contrario, a los personajes se les dota de mayor profundidad y cada uno expone sus puntos de vista sin mostrarse la historia partidaria de unos o de otros), la resolución de conflictos por medio de la no violencia, etc.


Son películas que huyen de las convencionalidades del mundo de la animación occidental (aunque tampoco es justo generalizar, pues en Occidente también hay joyas igual de dignas que Ghibli) y de gran parte del anime, y crean sus propias historias con sus propios mensajes enriquecedores. Estos mismos temas se abarcan en las películas de los otros directores, porque afortunadamente Miyazaki no está solo en esta travesía. A base de mucho esfuerzo y de AMOR AL ARTE (puesto que Ghibli es uno de los pocos estudios que priorizan la calidad artística por encima de los beneficios económicos), Miyazaki y Takahata, junto al productor Toshio Suzuki, han hecho posible en todos estos años que la concepción del cine animado cambie, como también el pesimista punto de vista que muchos solemos tener frente a la clase de valores principales de nuestra sociedad actual.


Ellos han demostrado que sí es posible ejercer de artistas y cuentacuentos a la antigua usanza en un mundo cada vez más esclavizado por la tecnología, el consumo, los placeres caducos, vacíos y efímeros, y la ausencia de buenas intenciones hacia el prójimo tanto como a nosotros mismos. Pero esta odisea tristemente empieza a tambalearse: Isao Takahata se hace cada vez más mayor, Hayao Miyazaki anuncia su retirada, y Toshio Suzuki recientemente, también. Si a esto le sumamos las recientes pérdidas sufridas en el mundo del arte como el fallecimiento de Moebius (el inmortal autor francés de El Incal y otros tantos clásicos del cómic de ciencia ficción), el futuro que se vislumbra en el horizonte del arte contemporáneo es incierto y desesperanzador. Crucemos los dedos y esperemos que en los próximos años la calidad de Ghibli no decaiga y surjan nuevos cineastas de animación que le pongan el mismo empeño a sus películas que Miyazaki y compañía.


Hasta entonces creo que no es malo recrearse un poco en la nostalgia, sentirnos por un momento como el niño o la niña que alguna vez fuimos, y como si de releer las páginas de El Principito de Saint-Exúpery se tratase, rememorar los mágicos momentos y regalos que Ghibli nos ha brindado durante estos 30 años sin mayor pretensión que la de dignificar el cine de animación, darle cara y voz a los soñadores de todo el mundo, y hacernos crecer y enriquecernos a todos como personas.
Cuantísimos momentos nos han regalado en formato de celuloide, y qué poco se le ha agradecido en países como España (donde los conocimientos del público general sobre Ghibli y los estrenos decentes de sus películas brillan por su ausencia). Al otro lado del charco, o incluso en nuestra vecina Francia, se le ha concedido el éxito y el reconocimiento que verdaderamente merecen. Pero no estoy aquí para hacer comparaciones innecesarias, aunque sí recordar a los fans españoles que aún queda mucho por hacer para que el público de este país valore las pelis del estudio japonés al mismo nivel que se valora a otros grandes cineastas atemporales como Chaplin, Eisenstein o Kurosawa.


Y es que por muchos Osos de Oro, Oscars, Baftas y premios de la crítica que hayan recibido los filmes del estudio, aún siguen estando algo infravalorados en diversos aspectos. Y es que todavía hay mucha gente que aún no se ha percatado de que los grandes genios y artistas todavía existen, y no es cierto que todas las épocas menos la nuestra los hayan tenido: debemos sentirnos profundamente orgullosos de ser personas contemporáneas a Hayao Miyazaki e Isao Takahata (que es algo que la gente del pasado y la del futuro no podrá decir), de la misma forma que en su día debió haber gente orgullosa de pertenecer a la misma época que Julio Verne, Edgar Allan Poe, Shakespeare, Tolkien, Meliés, Chopin, Da Vinci, Van Gogh, o Miguel Ángel. Creadores de sueños imposibles. 
Todos los grandes artistas (o mejor dicho, su genialidad y talento) están fabricados por el mismo material, el mismo material con el que nacen los sueños. Suena pretencioso, repetitivo y cursi de primeras, es cierto, ¿pero cuántas veces no nos hemos encandilado, enamorado o admirado la contemplación de seres que solo existen pintados como la Mona Lisa, los bisontes de Altamira, la persona que gritaba de forma perenne en cierto cuadro de Munch, los remeros que observan atónitos la enorme ola de Hokusai, o las bellas mujeres que asoman tímidamente entre cortinas de flores doradas a través de los cuadros de Klimt?


¿Cuántas veces no nos hemos preguntado cómo personas y dioses de todas las culturas, como David, la Venus de Willendorf, Laocoonte, Psique, Zeus, Apolo y Dafne, Buda o Moisés podían cobrar vida y surgir del duro y frío mármol o de la piedra como por arte de magia?
¿Quién no ha abierto la boca de asombro al ver convertidas en notas musicales, sinfonías, y canciones, historias y conceptos concebidos por la mente humana que abarcan desde el anillo de los nibelungos, las cuatro estaciones, la flauta mágica, un canto de amor en forma de piano para una tal Elisa, o los cantos gregorianos, hasta el lago de los cisnes, una invitación a "Imaginar" un mundo mejor por parte de John Lennon, o una "Rapsodia Bohemia"?
¿Quién puede negar que gracias a la palabra escrita, todos, grandes y pequeños, nos hemos podido sentir alguna vez identificados, implicados y haber querido como si fueran reales a Alicia, Bilbo Bolsón, Peter Pan, El Principito, Harry Potter, Hamlet, Holden Caulfield, Oliver Twist, Jean Valjean, Phileas Fogg, Sherlock Holmes, Auguste Dupin, Gulliver, o al loco soñador por excelencia, Don Quijote de la Mancha, junto a su fiel escudero Sancho?


Todos ellos, y de todas las modalidades artísticas, no existen en la realidad, pero son el fiel reflejo de nuestra forma de ver el mundo, y los hemos admirado y querido como si realmente hubiesen existido y estuviesen a nuestro lado en esos momentos de introversión que todos tenemos alguna vez y en los que preferimos sumergirnos y escondernos en el fantasioso mundo del arte antes que encararnos de frente a las vicisitudes de la vida, o por el contrario, los utilizamos y compartimos con nuestros seres queridos para estrechar lazos con el prójimo y sentirnos más vivos que nunca (que levante la mano quien no haya empezado una amistad con alguien por medio del "qué coincidencia, tenemos gustos afines, te gusta el mismo libro, la misma película, o el mismo grupo de música que a mi"). No existen en la vida real, pero es la imaginación de sus creadores (los artistas) y la implicación intelectual y emocional del público la que les convierte en reales, y hace que adquieran importancia en nuestras vidas, tengamos la edad que tengamos y sea cual sea nuestra condición social, nuestra cultura, nuestra educación o nuestro carácter.


No hace mucho tiempo leí un magnífico texto que afirmaba muy acertadamente que el arte es la ciencia de lo inútil. Esto suena muy peyorativo a simple vista, pero no lo es tanto cuando nos damos cuenta de que ni nuestro estómago distingue un simple plato de lentejas de una obra especial de Ferran Adriá a la hora de digerir nutrientes para nuestro cuerpo, ni un conflicto bélico va a terminar porque alguien escriba una canción en contra de ello. 
Pero ese plato de Ferran Adriá y esa canción contra la guerra nos alimenta y nos hace crecer como personas, refleja la época en la que se realizó esa "inutilidad" y, en definitiva, es lo que verdaderamente nos hace humanos y hace que cobren existencia nuestros valores, nuestra civilización y nuestra capacidad de admirar las hermosas "inutilidades" que se nos presentan a lo largo de toda nuestra vida. Esas inutilidades nos hacen creer que un mundo mejor es posible, y que podemos recrearnos en vivencias y experiencias ajenas que se les ocurrieron a otros basándose en su cotidianeidad y su propósito de dejar una firme huella en la historia. Porque a nadie más se le ha ocurrido, pero hay que contarlo, hay que expresarlo de algún modo, y en este caso tenemos a un tal Hayao Miyazaki (y a sus compañeros de trabajo) que ha decidido plasmar esas ideas "inútiles" en forma de películas.


Hoy más que nunca, debemos sentirnos profundamente orgullosos, como seres humanos, del importante legado que nos ha dejado el Studio Ghibli, un legado que nada a contracorriente de la mayoría de los valores de nuestro tiempo, pero que justamente por ello hay que valorarlo como el tesoro de valor incalculable para la humanidad (y para cada uno de nosotros como individuos) que realmente es. No son simples películas. Son valores universales. Porque siempre va a haber jóvenes inconformistas con ansias de cambiar el mundo y de solucionar los conflictos bélicos que se le presentan frente a sus narices (aunque para ello haya que intentar apaciguar y hacer de mediador entre dos bandos, como Nausicaä o Ashitaka).


Siempre va a haber niños imaginativos y despiertos que deseen más que nada en el mundo descubrir islas flotantes, viajar en Gatobús, sortear las olas de un pueblo costero para buscar a sus mejores amigos y, en general, vivir aventuras.
Siempre va a haber víctimas inocentes de los daños colaterales del invento más estúpido de la humanidad (las guerras) que nos recuerden quiénes son los verdaderos derrotados en una confrontación bélica (como la II Guerra Mundial) y en la tumba de luciérnagas en la que al final todos acaban.


Siempre habrá, por otra parte, algunos de esos locos soñadores que prefieren no saber nada de la guerra (o participan en ella para después arrepentirse, como Jiro Horikoshi, protagonista de Se levanta el viento) y surcan los cielos en un precioso avión (o hidroavión) para evadirse de los problemas y alejar el sufrimiento que causan los recuerdos del ayer.
Siempre habrá personas, por el contrario, cuyos "recuerdos del ayer" no supongan un gran sufrimiento, sino que les hagan sentir una sana y agradable nostalgia que les haga ver lo mucho que han aprendido en la travesía de la vida a base de perseverancia y esfuerzo, e incluso siempre habrán personas que de jóvenes se enamoraron y cometieron algunas estupideces para después, al cabo de los años, recordarlas con cierto humor y despreocupación.


Siempre habrá también jóvenes que no tengan ambiciones de salvar al mundo pero se encuentren de frente con el mayor reto de sus vidas (la madurez), un proceso por el cual todos hemos pasado (o pasaremos) y que no hay que menospreciar, pues puede resultar extremadamente difícil, pero siempre nos quedará el apoyo incondicional de nuestros más fieles seres queridos para afrontar ese gran reto y convertirnos en adultos, sin importar si nos llamamos Nicky, Chihiro, Sophie, Howl, Umi, o somos cualquier otra persona.

Algunos de esos jóvenes querrán madurar y hacerse personas completas a través del arte, siguiendo los pasos de terceros con admiración, ya sea fabricando y tocando violines, traduciendo canciones extranjeras, reparando relojes antiguos, escribiendo libros sobre gatos llamados Humbert Von Jikkingen, o de cualquier otra forma.


Siempre habrá familias, como los Yamada, que se tengan que enfrentar a las adversidades de la vida diaria, pero una pareja que realmente se quiere puede demostrar ser una unión imparable (que ni la mayor de las olas pueda romper) que enriquezca su condición de personas con el paso del tiempo y les haga ver lo mucho que se respetan y se admiran entre sí (todos necesitamos un apoyo como ese, algo tan básico como una pareja o una familia es un tesoro de valor incalculable que nunca hay que infravalorar, porque nos hace más fuertes).


Siempre habrá personas que sientan miedo de la muerte, miedo a desaparecer del mundo y ansíen la inmortalidad, pero deben darse cuenta de que cometen un grave error intentando rechazar algo tan natural como la vida (el final de la misma), y que eso es precisamente lo que nos hace tan afortunados: saber que vida no hay más que una, gracias a la muerte (y a ser conscientes de ella) podemos valorar la vida mucho mejor y hacer que cobre sentido.


Siempre habrá personas que luchen por acabar con el sufrimiento de nuestro planeta a manos de los humanos, personas con alto rango de valor ecologista que lo darán todo por la naturaleza y por el hogar en el que viven, y no es necesario para ello vivir con los lobos o ser un mapache, pero sí tomar ejemplo y concienciarnos de que aún estamos a tiempo de dar la vuelta a la tortilla y que la lucha por el bien de la naturaleza (y por nuestro propio bien) aún está a tiempo de tener éxito, pero hay que darse prisa.


No es tarea fácil pero no somos incapaces de ello: siempre habrá personas que en sus peores momentos se sientan diminutas o insignificantes, pero nadie es prescindible ni insignificante, tú mismo (mientras lees esto) tienes el gran poder de decidir tu propio destino y tomar las riendas de tu vida, no importa si tu estatura es como la de Arrietty o si eres enorme como el Espíritu del Bosque, todos somos iguales y somos capaces de realizar grandes proezas o pequeños detalles enriquecedores, aunque sea en nuestro día a día.


Y mientras siga habiendo en el mundo personas así que, sin saberlo, tengan alguno de esos valores en su interior y logren valorarse a sí mismos y a los demás sacando a la luz sus mejores virtudes humanas tras concienciarse o percatarse de ello después de haber visionado algo tan aparentemente simple como una película... seguirán siendo necesarias las "inutilidades" creadas por Hayao Miyazaki, Isao Takahata y el resto de personas que han hecho posible desde hace 30 años hasta ahora que el Studio Ghibli haya dejado de ser una utopía, se haya convertido en realidad, y haya formado parte de nuestros corazones, de nuestra cultura, y de nuestra existencia. Y que siga así por mucho tiempo. Y pensar que todo nació a partir de un Bosque Contaminado...


Feliz cumpleaños, Nausicaä. Larga vida al Studio Ghibli, y larga vida al arte.



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domingo, 9 de marzo de 2014

Toshio Suzuki, co-fundador de Studio Ghibli y productor, también se retira

Es una figura clave en la historia del estudio

La revolución en los próximos tiempos en Studio Ghibli va a ser digna de verse, puesto que no solo Hayao Miyazaki deja la realización de largometrajes, Isao Takahata no lo confirma pero su avanzada edad tampoco le da para mucho más por pura lógica, sino que la tercera pata sobre la que se asienta Ghibli, Toshio Suzuki (co-fundador, productor, ex-presidente e ideólogo del estudio), también lo deja.




A sus 65 años, Suzuki asumirá el nuevo cargo de director general en Studio Ghibli lo que, al contrario de lo que pudiera parecer, le relega a un segundo plano y le otorga mucho menos protagonismo en la toma de decisiones sobre los trabajos de la compañía, algo en lo que el productor ha sido fundamental desde que en los años 80 animó a Miyazaki a realizar la película de Nausicaä del Valle del Viento y, posteriormente, hizo mucho para la creación como tal de Studio Ghibli dándole viabilidad económica.


Yoshiaki Nishimura (36 años) será su relevo natural en la producción de películas del estudio. Este nuevo valor lleva un tiempo fogueándose junto al propio Suzuki, y recientemente ya ha empezado a tener cargos de responsabilidad, empezando por la producción de la última película de Isao Takahata Kaguya-hime no Monogatari, y actualmente también produciendo el nuevo filme del estudio, Omoide no Marnie (When Marnie was there), de Hiromasa Yonebeyashi (40 años). Esta última película es el perfecto ejemplo de relevo generacional, con nuevo productor y uno de los directores jóvenes elegidos para conservar el estilo de Ghibli en el futuro, después de su buena experiencia con Arrietty (2010), que fue bien recibida por la crítica y tuvo una gran acogida en la taquilla.


Nishimura ya había tenido un puesto menor como ayudante de producción en El castillo ambulante (Hayao Miyazaki, 2004); y su responsabilidad real comenzó los últimos años con Kaguya de Takahata. Ahí ya Suzuki solo aparecía acreditado como "planificador del proyecto", sin más.
Para When Marnie was there, Toshio Suzuki ya solo se le acredita como responsable de la selección de la obra original de Astrid Lindrgren en la que se basará la película, y como seleccionador del personal principal. Yoshiaki Nishimura realiza el manejo de la producción en su totalidad, en el día a día. El relevo es un hecho.


Toshio Suzuki y Hayao Miyazaki son buenos amigos y compañeros desde hace más de tres décadas, sin embargo el ya ex-productor ha asegurado que su decisión de retirarse no tiene nada que ver con la de Miyazaki, sino que quiere impulsar la regeneración de Studio Ghibli con gente más joven.


Suzuki nació en la prefectura de Aichi (Japón) el 19 de agosto de 1948, se graduó en Bellas Artes en la Universidad de Keio en 1972 y posteriormente se unió al gigante editorial Tokuma Shoten. Trabajó allí, en la revista de actualidad Weekly Asahi Geino hasta que fue designado para lanzar otra revista, esta vez sobre manga y animación, la que cambiaría su vida: Animage.
En ella comenzó Hayao Miyazaki la serialización de su manga Nausicaä del Valle del Viento. Suzuki se empeñó en su potencial y terminó logrando producir la película, involucrando a Tokuma Shoten. También logró que el sueño de Hayao Miyazaki e Isao Takahata de tener su propio estudio de animación se hiciera realidad en 1985, fundando junto a ellos Studio Ghibli.



Desde que en 1989 dejara definitivamente Tokuma Shoten para involucrarse de lleno en Studio Ghibli, ha producido todas sus películas, y ha sido el mejor consejero para Miyazaki y Takahata a la hora de crear nuevas obras, convirtiéndose en el productor más exitoso de Japón gracias a las grandes cifras de recaudación logradas por sus películas.


Toshio Suzuki es bien conocido por ser la cara amable y visible de Studio Ghibli, ya que permanentemente se expone a los medios, tiene su propio programa de radio sobre la actualidad del estudio, y es el que siempre está presente en todos los actos. Sin ir más lejos, hace tan solo unos días fue la cara visible de Ghibli en Los Ángeles para promocionar y asistir a la ceremonia de entrega de los Oscar de Hollywood con la película de Miyazaki Se levanta el viento (Kaze Tachinu), que finalmente no logró la estatuilla, pero sí una gran promoción.


Suzuki anuncia así un paso más en la profunda renovación de Studio Ghibli. Quizás él sea el menos reconocido, pero su trabajo ha sido vital para que el de Miyazaki, Takahata y compañía brille, haya salido adelante y haya resultado tan exitoso. Gracias, Toshio Suzuki.


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lunes, 3 de marzo de 2014

Hayao Miyazaki no consigue su segundo Oscar con 'Se levanta el viento'

La Academia de Hollywood premió a la favorita 'Frozen', de Disney

Finalmente no pudo ser, Hollywood barrió para casa y premió por primera vez a Disney gracias a Frozen: El Reino del Hielo, dejando en la estacada la visión de Hayao Miyazaki de la vida del ingeniero aeronáutico Jiro Horikoshi en la película que pone punto y final a su brillante carrera durante los últimos 50 años, Se levanta el viento (Kaze Tachinu).



El premio, presentado por Kim Novak y Matthew McConaughey, se entregó pronto. No había pasado ni la primera hora de la ceremonia cuando, tras anunciar el ganador del Mejor Cortometraje de Animación (con sorpresa, pues no lo ganó Disney con su homenaje al clásico Mickey Mouse, Get a Horse!, tampoco el anime Possessions de Shuhei Morita, sino Mr. Hublot, de Luxemburgo) llegó el momento del mejor largometraje animado. Repaso a las nominadas, y el mítico "And the Oscar goes to..."


Kim Novak y Matthew McConughey, presentando el premio


De la boca de Kim Novak salió "Frozen". Hasta ahí había llegado el sueño del broche final a la carrera de Hayao Miyazaki, que no estuvo presente en la gala (no suele asistir a estos eventos, y menos con el tira y afloja ideológico que se trae con algunas políticas de Estados Unidos), aunque la representación estuvo bien cubierta con el ex-presidente de Studio Ghibli, productor de la película y hombre clave en la larga historia del estudio de animación de Miyazaki y Takahata, Toshio Suzuki, que se paseo por la alfombra roja y atendió a los micrófonos de la cadena japonesa WOWOW.


Toshio Suzuki anoche, en la alfombra roja de los Oscar


No en vano, este también es un éxito de Suzuki (uno más, quiero decir), no solo por lograr una recaudación impresionante en taquilla (película más vista en Japón, actualmente 5ª película más vista a nivel mundial), sino por lograr el respeto y reconocimiento de la crítica; y conseguir llevar el filme a la tercera nominación de Miyazaki y Studio Ghibli en los Oscar, tras El viaje de Chihiro (que lo ganó en 2003) y El castillo ambulante, que se quedó a las puertas.


'El castillo ambulante' no pudo con 
'Wallace & Gromit: La maldición de las verduras' en 2006


Es un éxito de Suzuki también porque, según se ha conocido estos días, él mismo es responsable de que Miyazaki la realizara, pues el director tenía en mente hacer una secuela de Ponyo y el productor le aconsejó que sería mejor adaptar su propio manga Kaze Tachinu, que daría origen finalmente a la película que ahora circula por Estados Unidos recién estrenada y que esperemos pronto poder ver en España y en todos los países hispanohablantes que la reclaman (así como el resto de países, muchos ya con fechas de estreno).


Suzuki con la presidenta de la Academia, Cheryl Boone Isaacs


Así pues Se levanta el viento se queda sin Oscar, pero la sensación es de que su recorrido está siendo más que sólido y que su presentación al mundo, por decirlo así, no ha hecho más que comenzar. Con toda probabilidad no será un éxito de taquilla en el mundo occidental, pero seguirá abriendo el camino a la animación japonesa y llevando por bandera el estilo único e inconfundible de ya una leyenda del cine como es Hayao Miyazaki que nos lleva acompañando prácticamente toda nuestra vida desde diferentes obras, desde la popular serie de los 70 Heidi hasta la multipremiada El viaje de Chihiro.



Los Oscar no se lo han reconocido esta vez, pero el mejor reconocimiento está en cada uno de nosotros, los que admiramos su trabajo.





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